Wednesday, June 08, 2005
El arrebato
Amenazé con sacarle los bigotes de la cara a un hombre. Pensaba quitárselos con mis manos. También estuve a punto de depilarle las cejas con los dientes, necesitaba de su flujo sanguineo... necesitaba verlo muerto. Solo pude escupirle el auto descalzo (no sé porqué estaba descalzo) alzado sobre su capot, descargando mi furia en su mecánica inútil y fría, antisentimental...cómo su dueño. No encuentro la razón para detenerlo vivo, no lo merece, o si?. Si, merece estar vivo, mucho tiempo, y siempre sufriendo de mi eco al llamarlo cornudo. Verdad única irritante y dolorosa. Pero un ser sin alma no se desborda. Vive apaciguado por su constancia, empedernido en coexistir con el medio, convertirse en un medio. Sufro por la córnea, castiga mi alma y mi autosuficiencia comprobar su pasividad irresoluta, su cargoso peso muerto; mochila eterna. Traidor, laucha de laberinto escondida en estiércol, nunca harás honor a la palabra hombre porqué deslizándote cómo víbora predicás la indecencia, el rencor y la avaricia. Sumido en un mundo retraído, tímido, observás cómo ágiles gaviotas practican libres el arte mientras cargoso, inexorable desembocás en la miseria. Pero, y yo?...porqué?. Y eso es tan claro... mi problema es con el poder y su extensa lucha por el control. Mi fobia al poder ajeno cómo a una infección peligrosa, cómo el miedo a descender a un profundo, aplastado por la arrogancia del entorno. Entonces lo asumo delicado. Porqué de la misma forma que intentamos cambiar, que dedicamos parte de nuestro tiempo a deshacernos de este personaje negativo que habita despreocupado en nuestro interior, también nos perdemos en la dimensión de nuestra naturaleza; de lo que realmente somos, de que estamos hechos y moldeados. Y siendo un objetivo irrisorio voltear un voluminoso positivo dentro de la negatividad, cómo tender a un impetuoso en una vulgar desdicha, es arriesgado confiar en el cambio a la inversa. El hombre negativo no puede desenvolverse positivo cómo así también el positivo en negativo. Entonces quizás debamos relajarnos en nuestra elección natural, medir las intenciones y disfrutar de nuestra tendencia. Por lo menos eso intento.
*Dedicado a Simón, el de la cancha de tenis.
*Dedicado a Simón, el de la cancha de tenis.