Tuesday, September 05, 2006

 

Ensayo interrumpido

Cómo si nada. Hay una persona que hace de si misma alguien deseado. Desea que la deseen...adora el deseo y vive por él. Ella dice ser bonita, y su figura la contradice. Entonces?, la autoestima es una vulgaridad redundante, y uno no se da cuenta pero siempre se quiere de la misma forma, siempre se destacan las mismas cosas. Y nos volvemos personajes de nuestra persona, ensimismados en descubrirnos de una forma, de esa forma tan antónima a nuestros defectos. Deslumbramos con aquello que padecemos. Brillamos tan incandescentes que olvidamos a veces lo que realmente nos apaga, y quizás nos convertimos en víctimas de ese éxito efímero y subreal, amorfo...especulativo. Pero, ¿porqué caer entonces en esa realidad obscura que nos lleva inexorablemente al ocaso de nuestras acciones, al máximo de nuestras limitaciones?. En ese caso he observado cierto sentimentalismo por la causa, cierto pesar por la aflicción. Remordimiento, desconfianza...quizás un tanto de nostalgia. ¿Comodidad?, porqué no. Nos debemos a nuestras dudas, son ellas las que hacen de nosotros personajes vivos, cálidos y frios. Conocí a Héctor, más conocido en el ambiente triunfalista cómo el señor NO. Héctor cómo su apodo lo indica es una persona que le dice que NO a todo. Nada en su vida se logra, a nada se llega, y todo cuesta tanto que siempre es imposible. Lo peor del caso es que Héctor sabe de su irregularidad, pero naturalmente no puede enfrentársele. Me explica, machacado por las intermitencias de su vida, que muchas veces intentó decir SI, muchas veces captó por segundos la escencia necesaria para el SI, pero nunca logró recubrir totalmente la fórmula de ese positivismo. "Hay cierto orgullo desmedido en ese NO que no se...". Y cuando me lo intenta explicar quizás alcance a captar un poco de sus razones. Porqué Héctor lo que padece es de un NO orgulloso. Y los NOs orgullosos son difíciles de erradicar, más aún siendo él una persona tan débil. Los NOs orgullosos padecen también de un resentimiento dañino.

Wednesday, March 08, 2006

 

Sufro

Sufro de migrañas...enormes migrañas. Migraña podría ser tranquilamente el nombre de un bicho jodido, tipo la Vinchuca. Que mal nos haría la Vinchuca, y sin embargo la gente no le da bola. No entiende que esta más cerca de lo que uno piensa. Le temo a la Vinchuca casi tanto cómo a la migraña...enorme migraña. Podría usar la palabra migraña poéticamente, "de migrañas has traducido los caminos que circundan la fe", y eso me salió medio profético más que poético. Pero bueno, en un mundo tan poeticamente religioso, da lo mismo...quien va a notar la diferencia. Cuando uno ve destellos es casi cómo si estuviese muerto, y el dolor es tan fuerte...tan fuerte, aniquiló tantas ideas, tantos archivos. Jamás había llegado al vomito por migraña, y ahora estoy preocupado. De todas formas voy a hablar francamente, y la verdad irrevocable de una situación que llegó al límite de lo tolerable es que hay algo que no anda bien. Hay que extirpar el mal de cualquier forma y a cualquier precio. Pero me rehúso a saber la "verdad" científica. Quizás sabiendo la verdad científica especule con la relación hipocondríaca, cuestión que a esta altura de los acontecimientos no valdría de nada. Porqué el dolor esta, y los archivos no. Perdí información, y pierdo información en cada ataque...lo siento. No puedo detallar conscientemente cual de ellos, pero algo me hace suponer que poco ha quedado de aquellos momentos espontáneos y libres. No puedo pensar claramente. Además estoy cansado, y cada día en mi vida es una noche...una noche en la que debería estar durmiendo. Lo mejor que hago es dormir, y también lo que me hace sentir más aliviado. Porqué allí no puede llegar, o por lo menos no lo ha invadido todavía. La migraña no se ha entrometido en el sector sueño...y ahora que lo pienso quizás por esta razón sufra de sueño constante; cómo si fuera una protección natural del cuerpo. Es muy probable también que por estas incandescentes migrañas sufra de lo que modestamente he dignado en llamar "lapsus intempestus". Dicho proceso cerebral se manifiesta estrictamente en el carácter y refiere, cómo su nombre lo indica, a situaciónes intempestivas y cambios abruptos que el sujeto manifiesta en un determinado espacio de tiempo. Por eso es difícil acercarme a la gente, y debo ocultarlo; se que es mi enfermedad...no se por cuanto. Por ejemplo hoy odié a una chica que no tenía nada que ver, no tenía la culpa de ser odiada. Y sin embargo, la odié cómo hace tiempo no odiaba. Quería que fuera desgraciada, que su vida mutilara, que todo lo que emprendiera fuese directamente nefasto y oblicuo. Después la quise, me enamoré de ella por diez minutos y pasé a la indiferencia total en menos de tres. Ese es mi lema, tómalo o déjalo, no importa, pero hazlo rápido.

Monday, February 27, 2006

 

Federico Valenzuela y Ruth Infarinatto

Permitanmé señalar una cuestión que no por ser obvia finja ser menos importante: la altanería es el don de los ilustres. El mismo día que Federico Valenzuela conoció a lo que tiempo después se convertiría en su ex-novia, fracasó el plan que durante un año brillara incandescentemente en su siniestra mente. Lo peor del caso es que aunque la gente, y en ese momento, hasta sus amigos más cercanos no lo creyeran, en el fondo de su alma las situaciónes cerraban de manera absoluta y eficazmente. Federico Valenzuela amaba, o por lo menos cuando llegara el momento, amaría a Ruth Infarinatto, conductora de MTV, y sin embargo estaba decidido a que esa relación terminara. Él iba a dejarla, y ella suplicaría. Suplicaría para acabar con su desdicha...la desdicha de enamorarse de un don nadie que le enseñaría deslealmente que en la vida nadie puede obtenerlo todo. Federico no tenía todo, estaba muy lejos de tenerlo, pero la quería a ella, y más que nada quería que ella no lo tuviera todo. Ese fue su objetivo desde el mismo día en que vio la espectacular figura de Ruth posarse en la estrambótica pantalla de MTV. Ya había escuchado rumores en el canal de que iniciarían prontamente una nueva presentadora. "Mirá lo que es ese bombom....por favor", escuchó exclamar asqueado a sus compañeros de trabajo mientras cargosamente movilizaban sus míseras existencias contra el televisor. Para estar bien cerca, para verla en detalle ...y por más que Federico trató de explicarles que si seguían acercandosé verían los puntos planos de aparato, ellos siguieron agolpándose hasta ahogarse en sus viciadas y sudorosas masas corporales. Federico tuvo casi un año para examinarla en su totalidad. Entedió su proceder, su juego, su plan. La forma en que se movía, cómo dejaba entreveer parte de su pierna al hablar con un oyente, cómo deseaba con sus labios al contestarle. En pocas palabras, Ruth Infarinatto era simplemente, esa clase de mujer. Y cuando Federico se refería a "esa clase de mujer", quería decir la clase de mujer que sabe perfectamente mover el mundo con su arte sensual. Y ni siquiera tienen que mostrarse desnudas, porqué mostrarse enteras significaría el abandono a la ilusión. La ilusión de ser uno quien la desnude, y no otro. Porqué lo que verdaderamente atrae al hombre de las mujeres cómo Ruth es que uno las sabe vírgenes y solitarias a pesar de que tamaña aseveración sea tan improbable cómo su conquista. Ruth, era hermosa, no había dudas. Además de eso, un mundo de gente, hombres y mujeres incluídas, seguramente querrían conquistarla...protejerla, descubrir esa tierra llena de sociego y amor. Por eso Federico tendría que evitar inteligentemente enamorarse demasiado de aquella musa sino quería terminar cómo los marinos que oyeron cantar a las sirenas en el barco de Ulises. Él sería Ulises, disfrutaría de su canto, pero no se acercaría a ella...la dejaría morir para explicarle que nadie puede obtenerlo todo... cambiaría aquella mirada para siempre. Luego de que Federico consumara su plan, Ruth tornaría su expresión enamorante por una nostálgica y triste. La misma que captó Federico en Matías Martin al separarse de Nancy Duplaá.
Finalmente, y luego de una espera que Federico catalogó de "dulce", la fiesta de fin de año en la empresa fue el lugar elegido para la unión de sus dos vidas. Al llegar al lugar, maldijo mil veces dos cuestiones que categóricamente virarían la noche hacia un rotundo fracaso. La primera, y a pesar de si haber pensado en las diferentes maneras que le quebraría el corazón, no se había detenido ni por un momento, por lo menos hasta unas horas antes de la fiesta, en cómo la encararía. Increíble. Se vio a si mismo tan arrogante e inmortalizado en sus acciones que jamás vislumbró que al llegar el momento se vería tan pequeño en relación a ella. La segunda, y gracias a la inmediata consecuencia de la primera, decidió emborracharse, y lo peor, hacerlo con un compañero "extrovertido". Cuando llegó, la vio obviamente en el centro de la pista. La rodeaban cinco o seis personas, entre ellas, mujeres y hombres codiciados y estimulados por la música y la efervescencia del lugar "Mirá...bolu, miraaa...ahí esta Ruth, la presentadora....uuuhh que garchable esta, vamos más cerca". Su desquiciado, y ahora embriagado compañero que nada sabía de los planes de Federico súbitamente lo tomó de un brazo y comenzó casi a arrastrarlo hacia ella. Federico no podía creer lo que estaba sucediendo, y ya no diferenciaba lo bueno de lo malo. La cuestión era que haberse enredado con este tipo quizás facilitara las cosas. O no. Pero decididamente era un riesgo que estaba dispuesto a correr. "Neeeee...no esta taaaaaan buena cómo parecía", escuchó señalar a su compañero, y sin embargo Federico que absorto contemplaba cómo Ruth se movía y sonreía a cada persona que invadía su espacio limítrofe corporal no le dio la importancia que este dictámen merecía. Y porqué?. Porqué en poco menos de un suspiro Federico y su pesada compañía quedaron expuestos cómo los borrachos andrajosos y detestables que no saben disfrutar por envidia. Envidia de la mala, de la más baja, la que solo escupe lo nefasto. "Andateeeeeee Ruuuuuuuth, sos feaaaaa, sos feaaaaa Ruuuuth, que te haceeee la lindaaaa". Federico creyó soñar esas palabras que tropezaban al salir. Lo soñaba o eran reales?. Ruth lo miró con el gesto más despectivo que una persona puede disparar, y sin embargo todavía mantenía algo de sensualidad. Podría vivir tranquilamente cobijado en esa mirada porqué Federico entendió que era más hermosa de lo que imaginó en un primer momento; momento en el cual ideó aquel desquiciado y ahora fallido plan. Decidió huir del lugar lo más rápidamente posible y logró escabullirse detrás de los sillones del apartado. Todavía podía ver a su compañero insultar al aire y a la vida al ser retirado casi por la fuerza por algunos otros compañeros que no podían explicar su actitud. Y aunque Federico podía explicárla, o por lo menos creía poder, jamás pensó en acercarse a aquel deshauciado nuevamente. Se sentía tan similar, tan peculiarmente igual a aquel engendro que tuvo cierto temor. Y el temor provenía de la verdad inexpugnable de que al menos ese hombre que ahora era suspendido en el suelo y vomitaba por las orejas, era puramente auténtico. Su rencor se desprendía facilmente, cómo si fuera esmalte. En cambio, Federico lo mantenía dentro. Pintaba su alma de negro mientras por fuera se las ingeniaba para aparentar un oasis. El caso es que si Ruth hubiese sido conquistada por Federico, este hubiera podido asesinar por ella a pesar de guardar siempre aquel rencor inicial. Rencor que entendía lo llevó finalmente a enamorarse y buscar ese amor. Pero... ¿por qué el motor de cada emprendimiento en su vida provenía de algo negativo?, ¿por qué necesitó de aquella malicia premeditada para desenvolverse y actuar por una causa justa y sentimentalmente quijotezca?. No lo sabía. Esa misma noche, sentado en uno de los escuetos sillones del lugar y con la consciencia cuestionada, Federico conoció a Gabriela. Gabriela se transformaría en su amor maldito durante más de un año. Ella conquistaría su corazón abierto, jugaría con él y lo abandonaría casi deshecho. Luego de un tiempo, Federico suplicaría casi de la misma forma que creyó lo haría Ruth.

Thursday, February 09, 2006

 

BLIF

Voy a crear la palabra BLIF. Solo la podrán usar los conchetos cancheros que vivan de Santa Fé hacia el río viniendo de Rivadavia. Los de Rivadavia, Corrientes y Córdoba, no pueden. Deberán amar solo al lindo y odiar todo aquello que no cumpla con las normas básicas de la belleza (ver normas básicas de la belleza en el libro "Yo linda", de Sole Solaro). Podemos utilizar BLIF para situaciones cotidianas de hartazgo del tipo... "meeeeeeen esperar el fin de semana es un BLIF" o, "que BLIF gordo, el plomero tiene un olor a chivo que está clausurando el depto". También esta permitido usarse en personas y/o animales indeseables, cómo por ejemplo..."mirá esa camisa Harry, si no te conociera diría que sos un BLIF" indicando de esta forma que su camisa no pertenece a los cánones normales de convivencia debida, marcando la diferencia entre un ser cómo debe ser y un ser cómo no debe ser pero no le queda otra, un BLIF. Será muy común, y por ello debo adelantarme, que luego de un tiempo el término mute gramaticalmente y logre utilizarse cómo verbo, conjunción, circunstancial, etc etc. De esta forma, podremos manipularlo significativamente machacándolo hasta convertir la palabra BLIF en un BLIF. Ejemplos..."Estoy BLIFEADO, me parece que voy a dejar el Jack Daniels" marcando lo tremendamente putrefacto que esta persona se siente o, "para mamá!!!, deja de BLIFEARME", un purrete cansado de la insolencia de su madre al meter nariz y cuerpo en su vida. Esta de más decir que se usará en el deporte casi instantáneamente y cuando el potro de Heguy pise un sorete en palermo resbalándo hasta las gradas, la señora Araoz de Laferrot exclamará asombrada "que BLIF!!! de Heguy!!, esto es culpa del casero, si le diera menos rúcula al equino este dejaría de ser un BLIFERO...no para de cagar Horacio".
Películas con futura referencia:
- "Yo amo a un BLIF", comedia romántica de Pepe Soriano, con Araceli Gonzalez y Diego Peretti
- "Mi papa es un BLIF", comedia de China Zorrilla, con Francella y Tino y Gargamuza
- "El BLIFEADO", drama de Rustulevsnicokjf, con Annita Kosentyksnofkova y Niko Dameretzkolfsky (recomendada solo para existencialistas, la primer parte son 30 minutos de pantalla en negro y una respiración, buenísima)
- "Cómo chongo con BLIF", erótica de Eliseo Subila, con Moira Ohh y Diego Rabos

Wednesday, February 08, 2006

 

Un pelpa con Satán

Vi a Satán silbando bajito y tuve que saludarlo desde lejos porqué odia que recién lo reconozcan de cerca. Es un tipo muy jodido cuando engrana. Además cree estar en estrella, siempre con su nueva y extravagante túnica amarilla...y no es que sea chusma, pero se la copio a Romario del carnaval pasado. La misma, mismita. No quiero pensar que el diablo le vendió su alma por ella. Pero hoy en día, cómo estan dadas las cosas...es muy probable. Satán se descarrió. Antes era ordenado, un tipo aberrante pero meticuloso. No se le escapaba nada. El día que tuvo que quemarle el culo a Mirtha Legrand por impetuosa me dijo "Mirá, esta vieja ya me tiene los huevos llenos... el otro día me pidió por favor que le devuelva a Tyner por lo menos para cuando entraba al yacuzzi", "y vos que le dijiste", pregunté curioso..."nada, le contesté que si lo quiere de nuevo primero me tiene que dar a Rocco...a ese pendejo le tengo unas ganas, debe ser de familia, no?...no sé, tienen algo que me atrae...el olor...olor a legrand...bah, da igual, algún día los voy a tener a todos". Pero parece que La Señora no hizo trato con lo de su nieto y se zarpó en ambiciosa ofreciéndole una de sus mucamas a cambio, no recuerdo si Elba o Elsa. Con el barba uno puede sentirse más vivo, la cara lo delata. Pero con Satán...no. Es otro cantar. El tipo sabe lo que hace...bah, sabía. Por lo menos hasta que empezó a meterse pasta que da calambre. Te digo, lo saludé de lejos cómo exige porqué todavía guarda cierto prestigio. Loco, después de todo el flaco anduvo a los besos con Nerón, Calígula. En esos tiempos era respetado por todos. Pero ahora, bue...Lita de Lazari?, Orlando Bloom?. O no hay personajes o se los esta llevando otro. Y no quiero preguntar por el tema porqué se que molesta. En cuanto le menciono a Bush, o a Saddam y que pasa que no anda más pegado a ellos, se pone tan nervioso que quiere echar fuego por la boca y termina saliéndole sangre por la nariz. Y lo veo tan delicado que en cierta forma termino compadeciéndolo. Y uno porqué sabe hacerlo...hay que saber tenerle lástima al diablo. Es muy intuitivo con el ser piadoso.
Se acercó despacito, cómo si le costara reconocer a la persona que lo estaba saludando. Últimamente, ahora que lo recuerdo, siempre le pasa lo mismo. Cómo si tuviese alguna paranoia; cómo si le fuera imposible discernir entre amigos y enemigos. "Viste al que me sigue?", disparó instantáneamente..."mmm...no, me parece que no, te siguen?". Se mofó de mi pregunta alocadamente cómo si fuese una obviedad tan grande cómo su orgullo..."vos me estás cargando?..." y siguió, "no no no, de verdad, vos me estás cargando?. Cómo, si me siguen???. Me estuvieron siguiendo todo el día!!, alguien tiene que saber porqué me estan siguiendo. Primero fue un petizo de bigotes, no le di mucha bola, me pareció que no era nada, que solo quería un souvenir...pero después...después me di cuenta de todo...me estan siguiendo en postas. Porqué no pueden, entendés?...jajaja, no pueden seguirme de a uno. Es imposible que me sigan de a uno y eso es lo peligroso, entendieron que en su debilidad esta la fuerza, la fuerza de ser muchos, de seguirme de a muchos, de tener más información, con más informantes, y con más visiones sobre la información, con más especulaciones!!!, entendés la gravedad del asunto???". La verdad que mucho no entendía, pero la preocupación en su rostro me estimuló a ser muy cuidadoso con lo que iba a decir. "Pero quien te está siguiendo, quien necesita información tuya?"..."No sé, no sé, no sé, no sé...es alguien poderoso...muy poderoso, es alguien que puede escuchar lo que estamos hablando, entendés??, lo escucha...o lo supone o lo conjetura...hay alguien muy poderoso detrás de esto". Supuse que quizás era otro de sus arrebatos contra Dios, y sobre cómo la gente cree que controla a todos incluído él mismo. "Vos me estás diciendo que Dios anda detrás de esto?. Y fue ahí mismo que entendí que lo que le estaba pasando era algo totalmente nuevo, algo inusitado; algo obscuro y aterrador. Pude sentir el calor de su cuerpo y la fiebre que invadía sus entrañas cuando acercó su rostro a centímetros de mi oído. Con el poco aire que le quedaba luego de tanta exaltación nerviosa me susurró sigilosamente..."Este no es Dios, y esta muy lejos de ser él...además, decile al fumeta ese que se cuide mucho porqué por lo que pude averiguar también lo estan buscando. Alguien nos quiere sacar del medio a los dos, alguien piensa que ya nadie necesita de nosotros...nos quieren muertos, estoy seguro, nos quieren borrar". Me sorprendió tanto su dictámen que no pude objetarle absolutamente nada. Ni siquiera alcancé a insinuarle que quizás fuera mejor que se juntaran si el problema era tan grave. Quedé totalmente absorto...satán había enloquecido absolutamente o era un genio. Después de todo cual era la diferencia?. Sin embargo, casi en seguida se relajó y torpemente sacó un papelito blanco de su túnica amarilla. Llevándolo a su poroza nariz aspiró tan fuerte que casi se ahoga con el envoltorio. Luego, mirándome extrañado preguntó..."y vos?, no andás necesitando?...mirá que es buena eh, de lo mejor de lo mejor, íntegramente cortada en el infierno, ni vidrio ni aspirina, pura pura. Bueno, pura pura es imposible...pero todo natural, nada de mierda viste, acá la mentira no conviene...para que te voy a mentir...si hay mentira, no hay clientes, si no hay clientes...bueno, no hay clientes". Le respondí que no cortezmente pero creo ni llegó a escucharme. Tal cual había aparecido, espío ambos lados de la calle, cubrió un poco más sus hombros con la túnica y emprendió una rauda caminata hacia el oeste. Sus relucientes mocasines brillaban bajo el asfixiante sol de Febrero.

Tuesday, February 07, 2006

 

El niño con demasiado corazón

Le negué el asiento a una anciana justificando mi proceder de manera impía. Le dije que recién estaba operado de apendicítis. Y?, que?...alguien va a tirar la primer piedra?. No es que me remuerda la conciencia y por eso venga a despacharme en el blog, es solo una forma limpia de salir del paso. Cómo decir, "yo lo dije, ustedes hagan lo que quieran". Si quieren supermagnificar su bondad con mis actos pueden hacerlo, si optan por acreditar aún más mi malicia para compararla con sus flojos actos también pueden hacerlo. Se siente bien, no?. Se siente bien decir "yo robo flores de los cementerios, pero jamás le negaría el asiento a una anciana". Y la verdad es que se lo negué porqué si yo fuera anciano y ella una purreta jamás me lo hubiese dado. En cierta forma, esto puedo llegar a razonarlo ahora ya que en el momento solo me dio bronca su impertinencia. Mal educada. Pedir el asiento. El asiento se dona, no se pide. Además estos días anduve complicado desde que me enteré que mi abuelo paterno murió a causa de "corazón grande". No se porqué lo puse entre comillas siendo que el nombre literal de la insuficiencia es ese, corazón grande. Una deformación del corazón a causa de nada, matemáticamente imposible de prevenirlo y/o curarlo. Es genético y la cuestión es simple. Mi padre no tuvo mejor idea que mostrarme unas fotografías de su familia. Sepia y todo se veían perfectamente. En ellas encontré a mi abuelo alemán, personaje que jamás conocí, pero según las lenguas una persona difícil, de carácter errático y mal humorado. La gracia de todos, por supuesto, era insistir en el parecido. Tanto en lo físico cómo en lo psicológico. Y la verdad es que no puedo asegurar su parte más íntima, pero en lo material y visual la simetría era casi perfecta. “Jajaja, miralo…parece Fabián vestido de Nazi”. Muy bueno el chiste Graciela, yo también quisiera ver a tu abuela vestida de esquimal pero lamentablemente sos Rusa. Y los rusos no son graciosos en las fotos, son serios. Con bigotes, hombres y mujeres. Al margen de las jocosas puntualizaciones del gentío presente, y emprendiendo mi viaje a la fobia hipocondríaca, disparé la pregunta que tantas veces maldigo. “De que murió?”. Me cuesta reprimir mi instinto enfermo. Y si alguien es tan parecido, tan simétricamente igual…de sangre y sudor…bueno, lo más probable es que genéticamente poseamos las mismas debilidades. Uno puede intuir el causante de su muerte futura conociendo el causante de la muerte pasada de un sanguineo idéntico. Y yo voy a morir de corazón grande. Una desopilante paradoja, una picardía del destino. Cómo la vida puede engañarme de esta forma?, cómo osa tamaña deslealtad?. Tanta falsedad desencontrada, tanto caos. No puedo morir de corazón grande, rechazo mi abismo. Tanto camino de pecados he construído para dedicar finalmente mis últimos días a morir de corazón grande?. Ni Jesús, ni Gandhi, ni la Madre Teresa de Calcuta murieron de corazón grande. Y yo voy a morir de eso cual si fuera un insignificante. Pero esta escrito en mi sangre, llevo el germen del mal a cada minuto, cada segundo. En lo que dura un suspiro muero un poco más de corazón grande. Y desde el día que lo supe me siento enfermo. Escucho sus latidos durante la noche especulando la forma en que mutará su contextura, cuando se dignará a ser “grande” y terminar conmigo. Anduve débil, andrajoso, padeciendo dolores extraños... ignotos, de los que asustan. No puedo confiar en nadie. Todos están en mi contra, es la única verdad. Si mi corazón, mi propio corazón, ha decidido emanciparse, crear su propio mundo para luego automutilarse, estoy en problemas. Solo mi conciencia me ayuda en esta lucha…y no estoy tan seguro de mi inconciente. Solo la razón puede expulsarme de este motín. Voy a morir de corazón grande, pero no me van a volver loco.

Monday, January 30, 2006

 

Sobre Loma Bola

Dicen que volver es el pecado de los valientes pero yo no me siento un cojonudo. Y estoy muy lejos de serlo. Puede entonces que lo más acertado sea declarar a boca abierta que la virtud de un cobarde es su eterno retorno. Ahi si. Me convierto en un virtuoso solo con un simple juego de palabras. Que fácil es ganarse el olimpo. Seguramente por eso en la antiguedad maldecían a los sofistas y dialécticos. Estuve en la montaña, me bañé en sus arroyos y jugué con sus cóndores. Conocí un mapuche, según él, el único en cien mil hectareas a la redonda, abracé hombres, mujeres y niños. No suspiré rencor ni envidia, evité mirar a los ojos irreverente. Saludé y me saludaron, amé y me amaron. Deleité mis ojos con el imponente y majestuoso, acaricié mis oxidados y citadinos poros con el viento zonda, padre de todo soplo fuerte. Desvanecí mi ira, apacigué mis endemoniados impulsos...floté sobre un cúmulo de bondad desinteresada, insípida para los desalmados. En esos sitios es donde se valora la muerte, no se le teme. Porqué la muerte es parte de la vida, y la vida a su vez es parte de la muerte. Y todo cierra, hasta en las campanadas de la humildona capilla de Loma Bola (y no me rio de su nombre por verguenza, verguenza de llamarme Capital, tan liso, tan neutro, tan caca. Capital, Loma Bola...y yo me inclino por el aire que da llamarse cómo a uno se le canta, y no tener que decir Capital. Cómo si aclarando uno mostrara sus cartas de impetuoso. Y vos??...jajaja Loma Bola?? jajaja. Si, Loma Bola replico yo urgando en mis deseos de matarlo. Sin embargo, jamás un lomabolence?, Lomalero?, Lomasonico?, le responderá, porqué no esta en su naturaleza captar tanta insignificancia), humilde porqué sabemos de la frenética carrera del egoísmo y la ambición. Humilde, y en su humildad está el significado de su campanada. Campanadas que dan aviso de muerte, y cada vez que muere alguien en Loma Bola suenan. Suenan tristes y también indiscretas. Volver, dicen...y yo vuelvo. Y cuando el retorno las primeras apariciones. Un mozo anciano, copas que se le caen, gente que se rie. Un hombre noño, maldito engendro de oficina, destino: esclavo por siempre rencor por vida. Porqué en tu risa esta tu perdición, esa que te convierte cada vez más en un monstruo multiforme, reconocible en la sociedad. Dientes pulcros, maníaco detallista, risa ronca envuelta en candado argentino. No puedo escribir más sin antes vomitar en tu engendro, porqué sos tan pobre, tan negativamente pobre al llevar resuelto esos zapatos berretas acompañados por un reloj imitación. Apoyándose en sus cómplices sin cerebro más que para seguir a alguien un poco más despiadado que ellos, desconociendo en absoluto el límite entre inteligencia e imbecilidad. Porqué en ese amplio y extenso límite se pierden en su nebulosa obtusa y sin remedio. Avivando al más extrovertido por gracia del destino, encorvándose sobre su peso muerto de timidez y mediocridad. Y si. A vos te miro irreverente, y me sale el odio más temido sobre tu escueto marco. Podría desayunarme con vos, o dejarte para el almuerzo si tengo ganas. Pero no me alcanzás ni para postre, no alcanzás a compararte ni con una uva. Y te veo hormiga...si si...te veo hormiguita sin ton. En Loma Bola maté hormigas, y muchas. Es que me di cuenta que si los números no fallan pueden llegar a haber en el mundo algo así cómo un millon de hormigas por persona. Y no sé si soy lo suficientemente claro. Pero si algún día a una de las hormigas se le ocurre revelarse, vamos a tener serios problemas. Y no se crean que por ser hormiguitas van a ser piadosas, porqué cuando ataquen serán tan implacables cómo lo somos nosotros con ellas. Y nos mirarán desde abajo con el mismo indeseable deseo de exterminio sintetizado en sus, hasta ese momento, indefensas antenitas. Sin embargo, la única especie que se sabe Dios al matar es el hombre. Es el poder de quitarle lo más valioso a otro porqué a uno se le ocurra. Un sin sentido de matanza inútil, deliberada y malintencionada. Mato hormigas porqué sufro de envidia, envidia de ser inferior. Casi tan inferior cómo la hormiga, solo que un tanto más alto.

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